Osvaldo Bossi - Versos descamisados
Oficio de tontos
Siempre supe que era un tonto.
Que la juventud, la belleza
no eran para mí. El corazón
abriéndose una y otra vez, sin
ninguna clave de seguridad.
Si fuera inteligente, si fuera incluso
sabio, no escribiría poemas.
La poesía es para los tontos.
Sólo ellos hacen sonar su tonta
musiquita. Pasa una mosca volando
y ya están ahí, cantando no sé
qué canción. Sobre todo ahora que
la poesía está en cualquier parte.
Un frasco de mermelada, una canilla
abierta, las uñas crecidas del amado…
En fin, nada se salva de su obstinada
guitarrita. A veces creo que es una
bendición, pero también lo contrario:
no ver las cosas como las ven
los demás. O verlas como si estuvieras
con una copita encima, siempre.
Para los piolas, la fama y el dinero.
Para los tontos, la poesía pequeñita
y hermosa de Humberto Saba. Es que
los poetas piensan con el corazón
o no piensan nada. Alegres o trágicos.
O ni una cosa ni la otra. Encienden
una lámpara en el fondo del mar. No
saben nunca donde dejaron las llaves
... pero descubren ecos, correspondencias
secretas, entre su casa y la panadería.
Ahora bien, si tenés sed, no le pidas agua
a un poeta. Te escribirá un poema sobre
el agua, tan reluciente que te dará
más sed. Si no fuera así, no escribiría
poemas. Porque la poesía es para los tontos.
Una persona razonable no escribe, en
medio de la noche oscura, versitos.
Mirame a mí. Te fuiste para siempre,
con tu bolso y tu látigo, y aquí estoy,
alegre y triste. O ni una cosa ni la otra:
Contando, como un niño, las sílabas.
Según como se lo mire
Si mi papá no fuera
el asesino de mis sueños.
Con su espada, su látigo...
Si yo no fuera tan así
como soy, y fuera de otra
forma. Un chico como
todos. Sin tanta espuma
en el corazón. Si quisiera,
si me quisiera así, como soy,
como no soy en realidad,
de otra forma. Bueno, esas cosas
pensaba antes cuando era
un chico y él estaba vivo
todavía. ¿Por qué, por qué,
por qué yo era así y no asá,
y él era así conmigo? ¿El amor,
cuando entra, lo hace con sangre
y no de otra forma? Ah no saben
lo que es ser el hijo de un tirano
hermoso, que hacía todo el tiempo
chistes, y nunca me quería.
O si me quería, yo no me daba
cuenta. Pero mi papá no estaba solo.
No. Era el reflejo de otro reflejo
y otro. No tuve alternativa,
y lo que era odio lo convertí
en amor. Un amor Incansable,
desmedido. Pueden buscarlo
en mis poemas. Son la prueba
evidente de lo que digo.
Empezando por mí, desde luego.
Amé mis ojos, mis anteojos.
Mi dulce canción de tartamudo.
Con un escudito mágico, convertí
las balas en flores, en guiños de ojo,
helicópteros y ametralladoras
espolvoreadas con azúcar. ¡Soy
un desastre! Si mi padre viviera,
regresaría a su tumba mortificado..
Y a mí no me importaría nada.
nada. Lo llenaría de flores.
Flores radiantes. De todos
los colores. Aquí y allá. Sobre
el sepulcro de su corazón. Y
de su sexo que, muerto y todo,
quiere seguir impartiendo órdenes.
Pero ay qué alivio y qué risa.
En vez de mates, un té de rosas
a las cinco de la tarde. Y una
capelina de margaritas. O se muere
de nuevo o se cura de espanto.
Flores, flores. Miles de flores, desde
su cuerpo helado hasta mi corazón.
Versos descamisados
Que vuelvan los versos
como caídos del cielo.
Sin tanta cabeza, tanto
Manual de instrucción.
En camionetas rotosas o
en colectivos. Que vuelvan
hasta la fuente otra vez,
a refrescar sus corazones
y sus patas..Que vuelva
la tonta alegría de escribir
versos heridos o no, cansados
de la vida o no, pero con ganas
de chapotear una vez más
en esa agua barrosa, a fuerza
de renegar con el patrón
que nunca entiende nada,
o entiende lo que le conviene.
Que vuelvan los versos humildes,
descamisados. Y por favor,
no piensen más. No sepan tanto.
Versos ligeros como la espuma
de afeitar. Ya me cansaron
los reglamentos, las sempiternas
voces académicas... Que vuelva
el agua, la miel, el pan
la calle, el mantel, la primavera.
Vuelvan los versos a sentir
otra vez, cada vez
como si fuera la última la primera
ese chorro de agua luminosa.