Hay una hora de la tarde - Ariel Bermani
(Fotografía extraída de www.revistaleemos.com)
*
Hay una hora de la tarde
en que los perros ladran
son muchos
imposible saber cuántos
no los veo
ladran en un tono lastimoso
todos a la vez
como si estuvieran quejándose
como si quisieran decirse algo
o decirme algo
no sé si esos ladridos
me están dirigidos
pero me gusta pensar que sí
los espero
sé que a las seis
a las seis y media
van a empezar
y yo voy a dedicarme
a escucharlos
con la esperanza de que hoy
o mañana
o cuando sea
pueda saber qué cosas
están tratando
de hacerme entender.
*
Leyendo a Estela Figueroa
me dieron ganas de haber nacido
en la década del cuarenta
conocernos del barrio
o tal vez del colegio
ir a visitarla
con unos scones hechos por mí
o una cremona
comprada en la panadería
todavía calentita
que tomemos el té
y conversemos acerca
de gente en común
de sus poemas de antes y de ahora
de nuestros hijos
nuestra juventud
nuestros amores
y que la tarde se desmigaje
sin que nos demos cuenta.
*
Siempre quise
una novia poeta
encontrarnos para escribir
o que cada uno escriba en su casa
pero que después
nos despabile
la madrugada
leyendo sus poemas
los míos
los de Cucurto Estela Figueroa
Carver Vilariño Gelman
Facu Soto
una novia a la que pueda decirle
que las chicas de Flores
que el nombre de una mujer me delata
que nadie ni siquiera la lluvia
y sepa de qué le estoy hablando
y que ella me diga
hay un poema de Ioshua
que me hace llorar
y lloremos juntos
siempre quise una novia poeta
desde chico
desde antes de encontrarme
por primera vez
con un puñado de versos
recién escritos
sin ritmo
sin saber
qué hacer con ellos
una novia poeta
que me rete si escribo mal
que me bese si le gusta cómo escribo
y que pida que no pasemos un día entero
sin leer poemas de Vallejo.