Ramitas - Carlos Battilana

Un largo sueño

 

Volver a la lluvia

al rastro del caracol

a las lombrices

subterráneas

que disuelven

las obstrucciones de la tierra

 

regresar

-como luego de un largo sueño-

a los pequeños deseos del mundo.

 

 

 

 

Salvación

 

Levanto con pocas migajas

las posibilidades del día

 

el sol de la terraza

amanece

otra vez,

por suerte

 

sonreír ante lo evidente

–las plantas,

la ropa doblada

en la silla,

el muro manchado de gris–

como los marinos

en medio del mar

que conocen los márgenes

efímeros de salvación

y aun así, ante el inminente naufragio,

rodeados de olas gigantes

y sumergidos

en el centro de la tormenta,

respiran, no dejan de respirar,

reconocen en el aire,

frontalmente,

no la última

sino la primera oportunidad.

 

 

 

 

Hay un bosque helado…

 

Hay un bosque helado

dentro de mi pecho:

se trata

de una tierra

en círculo

que contiene

pequeños abrojos

algas

alguna cosa que parece

tremenda

 

Hay un bosque helado

dentro de mi pecho,

y nada

resulta

más torpe

que ocultar

sus tejidos

sus hojas amarillas

su agua

 

 

 

 

 

Bosque de hielo

Tierra blanca       

de cipreses

y altísimos pinos

 

la nieve

se hunde

para hacer el silencio

del monte

donde una vez vi,

transcurrida la estación del otoño

y concluida

la consolidación del hielo,

cómo

las ramas de los árboles

apenas se movían

y la quietud

era

el único estrépito,

la más maravillosa

agitación.

 

Carlos Battilana Nació en Paso de los Libres, Corrientes, 1964. Publicó los libros de poesía: Unos días (Libros del Sicomoro, 1992), El fin del verano (Siesta, 1999), La demora (Siesta, 2003), El lado ciego (Siesta, 2005), Materia (Vox, 2010), Narración (Vox, 2013), Velocidad crucero (Conejos, 2014) y Un western del frío (Viajero Insomne ediciones, 2015). También publicó la antología Presente Continuo (Viajera, 2010), las plaquettes Una historia oscura(Ediciones del Diego, 1999) y La hiedra de la constancia (Color Pastel, 2008). Sus poemas han aparecido en antologías argentinas y latinoamericanas. Realizó la compilación y el prólogo de Una experiencia del mundo, de César Vallejo, para la editorial Excursiones en 2016. Publicó el libro de ensayos El empleo del tiempo. Poesía y contingencia (El Ojo del Mármol, 2017). Ejerció el periodismo cultural y colaboró en diversos medios. Se desempeña como docente de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Buenos Aires.

 

 

Sobre Ramitas

 

Seco pero tierno Carlos Battilana va como un monje  cuya  diosa es la melancolía. Desde su primer libro, veinticino años atrás, hasta los más recientes, estas ramitas se secan y hacen una hoguera llena de luz y de vacío donde algo tiembla, algo señorea el sentido tímido y altanero a la vez. Altanero no de un yo que se exalta y ufana, sino que desaparece detrás de “ese, mínimo indicio / de los objetos, de las formas, / de esa materia / que se resiste” No me gusta interpretar el sentido de un poema, porque es una llama que se apaga ante el exceso de racionalización. Pero con Battilana se me hace difícil interpretar algo, entonces la magia vive porque su poema rechaza toda interpretación, y así se vuelve inquietante y atractivo, aún cuando no esté en sus planes. “Dios procede del verbo”, dice en “Letras”, “y también lo más real de mí”. “Por mí”, agrega, y así termina el poema.

¡Cómo me gusta perderme en los versos de Carlos Battilana! Pero más me gusta reencontrarme un poco después. Con El lado ciego el lirismo se intensifica en su poesía y lo que ya era conmovedor desde el principio, aquí me inunda como las napas de ese jardín que el autor menciona en varios poemas. Y esto ya no cede, Battilana ha encontrado su voz en todos los libros siguientes. Sin embargo, es en el último, Una mañana boreal, donde todo fluye pleno de sentido y de sentimiento. La vida sonríe un poco y este Budita tímido y triste me convence del todo, me hace reír y llorar al mismo tiempo en ese poema tan hermoso que le da título al libro: Ramitas. Cuando el sentido empieza a iluminarse, la poesía de Battilana crece en la hoguera de la plena humanidad. Bienvenido a casa.  

 

                                                                  

Diana Bellessi

                                                                       Buenos Aires, junio de 2018