Algo nuevo y hermoso - Poemas de Karina Leandro Ardizzone por Adrián Agosta

ALGO NUEVO Y HERMOSO: SOBRE LA POESÍA DE KARINA LEANDRO ARDIZZONE

La palabra realismo, no por corrupción del lenguaje sino por corrupción del mundo que habitamos, se emplea ahora para describir lo más oculto en la realidad: la violencia, la fogosidad, la fugacidad. Asimismo, lo relativo de la importancia de ciertas cosas, lo hueco de determinados valores establecidos, lo tonto de pensarnos identidades estáticas. En ese sentido, Karina Leandro Ardizzone (Buenos Aires, 1990) es una escritora realista.

La poesía de Ardizzone, tanto desde el sentido como desde la forma, es una poesía fragmentada, partida. Y esto, como suele ocurrir, no desprende ningún tipo de patetismo sino todo lo contrario: es poderosa, intrépida, rebelde. Degenerada y desgenerada, imprevisible.

A lo largo de sus versos, sentiremos esa doble tensión. Por un lado, un mundo que oprime, un encierro, tal vez una nostalgia, a veces con la forma de un padre enorme y terrible, a veces con la forma de un deseo inexpresable; y por otro, un mundo interior que se construye libre, diverso, apasionado, que hace de la huida su propio refugio.

“y bueno, hago desastres”.

Al escribir “los pájaros migran no porque no tengan/ capacidad de echar raíces/ difícilmente son opuestos/ a las plantas que crecen al costado/ de las vías” o “los pájaros migran construyendo/ nidos en sus vuelos”, Ardizzone nos está planteando lo constructivo que es, en ciertos casos, destruir. Digamos, las casas mejores que nos esperan más allá de casa.

Todos los yoes líricos que atraviesan sus versos parecen haber sido lastimados por el mundo hace tiempo, haber transitado los fríos pasillos del desencanto con pies descalzos y, sobre todo, haber tenido el coraje para devolverles la mirada luego. Ah, tantas personas en mí y nadie conmigo. Cuánto placer: “Quiero/ llegar a mi casa/ y masturbarme”, “restregar el clítoris/ con un trapo viejo/ inundar el piso”. La poeta sabe que no necesita a otras personas para estar bien acompañada.

Creo que por eso mismo, estos poemas son tan interesantes. Porque manejan, no feliz pero sí tiernamente, sí líricamente, imágenes salvajes, ensangrentadas, vivas. Es decir, traduce una psicología compleja, capaz de masturbarse en público o de desafiar a Dios a que venga y me chupe la concha con lengua de fuego (sí, ¡de fuego!), utilizando gran artesanía en su lenguaje y gran intensidad en su ritmo.

Ardizzone, verán, trabaja delicadamente. La lírica es, en este punto, otra forma de escape. Son las ramitas con las que ella, ante todo pájaro, construye casas donde sea. ¿No es esto ser poeta?

Quien lea los textos de Karina Leandro Ardizzone no dejará de apreciar estas tensiones. Continuamente sentirá la presencia de aquel “monstruo que se come/ las patas de cachorros indefensos” y, al mismo tiempo, la presencia de quien aun sin patas se va hacia algo nuevo y hermoso. Y de nuevo.        

 

Adrián Agosta

(ADROGUÉ, 1994)

 

MAGNO PADRE FONDO

 

Me gustaría

ser un estado dependiente

correr hacia los brazos

del magno padre fondo

monetario internacional

que me diga qué hacer que me diga

cómo dejarme en ruinas lentamente

y disfrutarlo mientrastanto

que me diga cómo

convenzo a mi clase media

(¿sería el hígado?)

de que el escabio es el camino

de que el escabio fiado es el camino

de que el escabio fiado con altas tasas de interés

es el camino

de que el escabio fiado con altas tasas de interés en dólares

es el camino

y que devolverle litro por litro

dólar por dólar

al magno padre fondo

monetario internacional

es el camino la libertad

 

de comercio.

 

Pero qué lástima, yo soy

como la economía muevo

mis propios hilos

con una mano omnipotente

e invisible

nadie me controla

y bueno, hago desastres.

 

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MASTURBACIÓN

 

Quiero

llegar a mi casa

y masturbarme con

 

restregar el clítoris

con un trapo viejo

inundar el piso

con flujo resbaloso

transparente blancuzco

 

frotarlo

con un banco de plaza

puesto estratégicamente

a la altura de las caderas

 

abrir la puerta

del departamento con la concha

angustiada de excitación

usar el picaporte el agujero

de la llave los tornillos sin manos

 

una vez adentro

que haya un vaso de agua

volcarlo

lenta

mente

sobre mi órgano

completo de sangre

latente

brillante

 

acunar

con labios vaginales

la tormenta

los rayos todos

cada uno de los truenos que sacuden los ventanales de las casas

los troncos caídos que interrumpen el tránsito

la inquietud que provocan

las nubes negruzcas opacas espeluznantes

 

quiero

llegar a mi casa

y masturbarme con

los minutos muertos

de una línea de producción fordista

 

qué mejor que los tocs

y las neurosis

insistentes

insistentes

para dejarlos que pasen

una y otra vez

una y otra vez

por esta concha baboseada agitada expectante

 

la biblia dice

que los apóstoles

llevaron el mensaje de dios a todo el mundo

porque una lengua de fuego

les enseñó todos los dialectos

 

yo digo que es mentira

una mentira imprescriptible

hasta que esa lengua de fuego

venga y me chupe la concha.

 

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A MIS AMIGAS MIGRANTES

 

quisiera ser madre para

extender un manto que cuide

que salga de mi cintura como un delantal de cocina

con el aroma y la tibieza

 

de galletitas recién horneadas

y se acuesten ahí sin temor

todas mis amigas

que no tienen un lugar en la tierra

todas

 

las que el mundo expulsó como en un parto

doloroso y sangriento

quiero decir

 

cantarles una nana para que duerman

tranquilas esta noche

con la seguridad

de que el monstruo que se come

las patas de cachorros indefensos

no les comerá los sesos

y mañana

 

cuando salga el sol

se alimenten de estos pechos y jueguen

en un patio verde y florido

 

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PÁJARO NIDO

 

Construimos algo hermoso sentadas en el balcón

mientras vemos al vecino colgar en la soga la ropa

esa que podría ser nuestra y mirarnos

con anhelo

mirarnos construir algo hermoso

 

los pájaros migran no porque no tengan

capacidad de echar raíces

difícilmente son opuestos

a las plantas que crecen al costado de las vías

 

los pájaros migran construyendo

nidos en sus vuelos

nidos en bandada

nidos en el norte

nidos en el sur

en este sur que hoy los vemos

en el descanso de la tarde

en el balcón de un domingo

 

traemos ramitas en el pico

y traemos paciencia

las apilamos con la ternura de quien prepara un mate a la hora de la siesta

y decimos es nuestro

 

en la soga cuelga la ropa del vecino

nos mira armar un pájaro

que abre las alas sembrando flores dulces

madreselvas damas de noche

nos mira con el anhelo de despegarse

de esa soga y salir

disparada con el viento y retornar

trayendo en el pico

algo nuevo y hermoso.

 

 

Karina Leandro Ardizzone (BUENOS AIRES, 1990).