Lo real - Celeste Dieguez
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La evolución del transporte urbano.
En algún momento el objetivo dejó de ser llegar lo más rápido posible a algún lugar determinado,
para convertirse en un itinerario, una ruta prefijada que delicadamente enlazara diversos puntos
a relacionar.
Ya no dependía de la habilidad cartográfica del conductor del vehículo; sino de cómo llevar a
cabo de manera eficiente un recorrido marcado con expectativas de tiempo ya establecidas,
reiterado varias veces en el día, de ser posible sin alteraciones.
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Cuando viva al fin mi vida
esa vida que
por distintas causas
no he comenzado a vivir aún
Qué haré?
Una existencia activa de milagros concretos
tendré una profesión rentable
debo ganar buen dinero
me casaré joven
antes de los treinta
con un gran chico
clase media como yo
de valores sólidos y sexo pasable
los domingos serán con su familia o la mía
y luego llegarán uno tras otro los niños
me iré poniendo gruesa
trabajaré lo justo para jubilarme bien
y una vez por año
en la segunda quincena de enero
nos iremos a alguna playa ruidosa y concurrida
me haré amiga de mis vecinas de carpa señoras
como yo
a las que veré año tras año
hablaremos incansables de nuestros hijos
de lo que comeremos al almuerzo o por la noche
envidiaremos los cuerpos de las paseantes
volveremos a la casa alquilada
los chicos se prepararan para salir
escondiendo las drogas de nuestra miopía
cenaremos en silencio tomando mucho vino
blanco tomaré en esa vida
y el tedio se escurrirá en la sobremesa
como un sirviente huidizo; nos iremos a la cama
dos cucharas que ya
no revuelven nada.
Un día me despertaré
con 65 años y várices
la cara salpicada
por el exceso de sol sin protección
mi marido tendrá un pre infarto o dos
por la malasangre y los cigarrillos
todavía me quedarán años para leer y viajar
jugar a la canasta, hacer un curso
abogar por alguna causa
jugar con mis perros, cenar con amigos
o ir a molestar
a lo de mi nuera.
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El filtrar constante de contenidos
dejó la información en banda negativa
embriaga el olor de la libertad pero a su vez
las partes cortadas arden como el diablo y sé que el costo cuesta
y que el ave fénix no es un pollo
y que la autonomía siempre se paga con aislamiento.
Celeste Diéguez, Chascomús, Argentina. Publicó La capital, (Ediciones Vox, Bahía Blanca, 2012), La enfermedad de las niñas, (Club Hem Editores, La Plata, 2013), El camino americano, (Eloísa Cartonera, Buenos Aires, 2015), La plaza (Malisia editorial, La Plata, 2017), Bondiola mechada (Yaugurú, Uruguay, 2018). Participó en las antologías: Mangueras rojas y azules-poetas latinoamericanas, ( Los libros de l(a) imperdible, Zaragoza/ Yaugurú ,Uruguay, 2010) , Hijas de diablo Hijas de santo, Muestra de poetas hispanas actuales,( Niñobúho Cartonera, Ecuador, 2014) , Poesía de hoy y de siempre, (Eloísa Cartonera, Buenos Aires, 2014).Coordina la Colección de Poesía de Club Hem Editores.