Primer Amor - Malu Kruk
Primer Amor
Dios está enamorado
me sacó el labial esta mañana y también la lengua
se manchó la ropa interior
huyó de la casa de sus padres sin nota alguna
Tiene el corazón elástico lunático
Sujeto a su militancia política
nunca pudo llegar temprano a la escuela
Cierta vez, vio en una vidriera un disfraz sugestivo
y pensó que sería una buena idea seducir la fatalidad
Entonces la chamuyó mientras dormía
le presentó la codicia y la gula, la soberbia y, al mismo tiempo, la empatía y la palabra
¡Vaya orgía!
Beso sobre beso, le convidó un trago
la acorraló y la invitó a bailar
(Dios tiene los genitales desflorando la eternidad,
intangibles raíces al cielo tobogán al infierno)
Dios ahora tiene escamas
se pasea por océanos, seduce a pescadores de fortuna reticentes
mete despacio las manos en sus espaldas
y las cosquillas sorprenden a sus desahuciadas esposas
-tan erótico turbando cuerpos, tan preciso-
A Dios le gusta el quilombo hambre y fiebre de lo ajeno
-aún no supera el Edipo ni el diván-
Nació una madrugada en el suburbano mientras su madre fumaba crack
y su padre enjaulado escuchaba rock
imputado por doble homicidio y portación de armas
(Dios está menstruando y la lluvia de fuego y caos
disuelve el mundo entre cucarachas jazmines cuervos)
Ahora es un mamífero de dientes gruesos, empantanados
cazando de noche, cabeceando toros, mordiendo la carne hasta el hueso
exhibe los ligamentos desprendidos, los derrama sobre el tablero
Chorrea la sangre y él más se enamora
su entrega se redime a través de la devoción de sus amantes
Dios es un anfibio, un ave, una piedra, una araña peluda, una estrella, un zumbido, un muerto
la comunión siempre exquisita entre la levedad, el milagro y el silencio
(Dios es una travesti descalza bailando en la cornisa de su autoría
y también Hermes y Afrodita jugando por la galaxia)
Dios tiene pendientes un vestido de novia y un esmoquin en la tintorería
ya reservó el catering para el apocalipsis, pretende quemar la biblia
En horas previas a la muerte de sus espectadores (auditorio reincidente si los hay)
ensaya sus plegarias actualiza su cancionero
se arrodilla ante su propia imagen crucificada y los recuerda
-sus tropiezos, sus conquistas, sus cándidas contradicciones-
Entonces se muerde la boca, lascivo
trenza sus dedos detrás de su cintura cósmica
babeándose frente a su próximo blanco
Y así, ardiendo, empieza a bordar otra génesis en un paño de agua
Dios está embarazado de un nuevo viejo pecado
y siempre tiene ganas de parir un nuevo deseo
de abortar el sol a vómitos
y clausurar el paraíso
(Desde Adán y Eva, lo divierte el exilio)
Compañeros
Cupido es, en la mitología romana, el dios del deseo amoroso.
Hijo de Venus, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, y de Marte, el dios de la guerra.
Ya no tengo esperanza
solo esta flecha embebida
con sangre añeja. Esta aljaba rota.
Los árboles de mi casa son peces tropicales del cielo,
(a veces también son pirañas).
El día que te asesiné
cociné un guiso de esos que te gustaban.
Me afeité las piernas.
Te convoqué mientras mordía una albóndiga.
No fumé.
Me desesperé sobre tu carne vacía:
eras un animal abierto y desarmado.
Yo, una luciérnaga inmigrante.
Estoy embarazada y nuestro hijo crece.
Vos me engañas y elijo ignorarlo.
Hacemos el amor y la siento en tus ojos.
A veces me gusta.
Más y más arrugas me abordan,
me asaltan pirámides de imágenes retro,
también los colgajos de mi último deseo,
también el nuevo silencio que rodeamos.
Es cierto.
Te engaño cada noche antes de dormir.
Me erecto con el vómito de tu recuerdo.
A ese me entrego.
Ese no tiene nada que ver con vos.
Nuestro hijo se mudó solo.
Otra vez somos vos y yo.
Me aburro.
Soy muy vieja, me cuesta moverme.
Vos haces beat box cuando yo puteo.
Un chamán babea sobre el fuego que alguna vez prendimos.
Se enciende el vitraux de la iglesia
donde nos casamos hace décadas.
Estás muerto.
Me trepo a tus piernas moradas.
Excavo tu ombligo con mi índice.
Voy por el postre.
Dejo que el helado salpique la escena.
Mientras acaricio la flecha,
escucho las sirenas y la vibración de mi voz
embutida de sombras, aterciopelada.
Corro las escaleras.
Me tiro por la ventana.
Ahora, sin embargo,
me sonreís radiante del otro lado
del sofá de nuestro living.
Yo también te sonrío.
Evisceración
Esta mañana me desperté mojada No estabas ahí
Apenas estaba yo, tan ida
Algo del sueño de ayer seguía prendido,
conciencia o resaca No sé
La habitación donde te besé -húmeda y taciturna-
se retorcía Hueco deshabitado
La ventana abierta El deseo cerrado, muy cerrado
Un mosquito babeándose sobre mi rodilla desnuda
Las zapatillas sucias de viejos caminos
Las almendras en el frasco, amontonadas y añejas
El sol peludo e hiriente volcándose en mi abdomen, abandonado
Recordé la lluvia de aquel día del que no volviste
El traje de Eros dormido en el placard, lleno de naftalina Deshilachado
La conversación que no terminamos, otra vez hablando de nosotros
La taza de café -ya sin café- dormida en la pileta
Los archipiélagos de ayer fosforesciendo Covers de viejas miserias
Se trata de resistir la herida que cada día infligimos en el otro, decías
Esta mañana todo en mí es tu presencia dentellando
Residencia geriátrica "Años Dorados"
Las cucarachas caminan inadvertidas por el geriátrico
sobre siempre nuevos paisajes desdoblados por distracción o inercia
-escenarios que se caen del olvido o de los párpados-
Las arrugas desprenden rutas de besos o verrugas
Los sueños gimen finalmente de realidad
Enfilados, los gusanos marchan en la tibiecita memoria
y se trepan a inodoros de melancolía o temor
Una enfermera abnegada cumple horarios y recetas con prolijidad
En la ingesta, Laura recuerda cuando hizo el amor con un desconocido en el auto
Martín, la transpiración de su primer recital
Estela, su fugitivo romance con su mejor amiga
Los cuerpos son estampillas pegadas en una carta sin destinatario
-también la humedad alcanza las células del alma-
El reloj da vueltas y vueltas
es una calesita a la que nadie eligió subirse
Malu Kruk nació en 1985. Creció en Lanús. Próxima Profesora en Lengua y Literatura. Trabaja en el área de comunicación de una empresa. Asiste al taller de Osvaldo Bossi desde febrero del presente año, antes se formó con Isabel Vasallo. Tiene pocas esperanzas, por eso, escribe poesía.