Una ansiedad convertida en círculos - Fernanda Nicolini
Marcela
I
Cómo se construye una vida
no es una pregunta
es un estado de vigilia
una ansiedad convertida en círculos
aunque ella no piensa en círculos
sino en dibujos sin hacer
en números que se unen por líneas
que en este caso
desconocen la ley de la secuencia
el dos no sigue al uno
y no hay modo de que lo haga
están los espacios vacíos,
la incógnita, el tono de una voz perdida
nadie la grabó y, ¿sabés qué?
las voces no quedan en la memoria
como el olor de una tarde de diciembre
el zumbido del tiro que te parte la columna
el grito que congela tu nombre de guerra
en un barrio que huele a mierda
¿Reconocés su voz? ¿Podés escucharla?
Ninguno puede: ellos también quemaron fotos
y guardaron imágenes en calles de tierra
para compartir con nadie
y no la oyen
Cómo se construye una vida no es una pregunta
es un estado en el que las dimensiones
se comprimen y el tiempo no es más
que un modo de ordenar la distorsión.
El Vasco
Un hombre trepa la barranca y pisa el empedrado
iban a matarlo
sus compañeros iban a matarlo
eso dice
es de noche y el chofer del 68 lo protege por instinto
nadie sabe quién es el perseguidor
se reconoce al perseguido
un hombre trepa la barranca y piensa en la mujer
en el hijo
en un río manso que corría a kilómetros de ahí
en las tardes que se dejaba secar por el sol
fue un guerrero junto al río arenoso
a los siete su padre lo arrancó de la mesa
lo mandó a la ciudad a salvar
el porvenir de una estirpe en ruinas
fue un guerrero junto al río podrido
con una bicicleta, una familia, una granada
y un pelotón desbocado
que invocaba al general Panfilov
en las primeras líneas de Avellaneda
por qué lo buscan
si él
no cambió su nombre de guerra
cuando cambiaron los nombres de la guerra
la noche va a seguir por varios meses
el empedrado va a quedar por miles de años
si hundo mis pies en la tierra
puedo escuchar sus pasos.
3.
Hubo un verano en el que nos encerramos en una hectárea
quincho bosque pileta diez ambientes
y algunos extraños que se comían
las sobras de la heladera
nada falla cuando el cuerpo
se hunde en el agua que aún no ha sido
calentada por el sol
Día 1. Gonal 150, primera dosis
Nuestra amiga llora
armamos un círculo de palabras para protegerla
un escudo que neutraliza otras palabras
ataque y defensa como armas de fuego.
Frases que podrían haber sido otras
desatan un terremoto:
te dije que eras quedadito
y nada quedó en pie
la naturaleza semántica revertida en el diminutivo
la casa sacudida en sus cuatro costados
y nosotros adentro bajo la ley del más fuerte
excitados por la destrucción
hasta que el sentido se escurrió como agua suelta
y el amor volvió a llenar el silencio
¿Y si las cosas no suceden porque hay palabras que aún no pronunciamos?
Fernanda Nicolini (1979). Periodista y escritora, vivió en Mar del Plata hasta los 18 años. Publicó el libro de poemas Ruta 2(Gog y Magog) y las plaquetas Rubia (Zorra Poesía) y Once (Color Pastel). También integra la Antología Color Pastel Fanzine de poesía. Es autora de la biografía Los Oesterheld (Sudamericana) junto a Alicia Beltrami. Actualmente dirige la revista BRANDO y vive en Villa Urquiza.