El lapacho es la imagen de la furia - Gabriela Pignataro
El lapacho es la imagen de la furia
El color de los perros ahorcados
se confunde
en el perfume del lapacho
desde el tren, el campo parece
santo de frente partida
contra el alambrado
- cuántos estigmas puede un cuerpo
cuántos cajones de fruta podrida
protegen los días de los culpables-
de púas que se doblan oxidadas
sobre las pasionarias, esperan
convertirse en lanzas
bajo una lluvia de meteoritos
que se anuncia para el final
del verano;
de noche se apagan
desvían los senderos los ciegos
doscientos gallos azules
pululan tiran a gracia
el maíz polvoriento sobre las crías
persiguen
la estela del tesoro prometido
lavando la sangre con los picos.
Las manos de las chicas
aparecen
entre las flores del lapacho
desplumadas en la tierra,
debajo los ojos ni recuerdan
que las últimas estrellas
se parecían al canto astillado
de las sirenas manchando
las sábanas tendidas en los patios,
lluvia de meteoritos
asteriscos rotos
el miedo es pestañeo del latido
animal,
cruzaré las vías, cruzaré el día
si me tocan
si me tocan
si me queman
no somos corderos
no somos corderos
no seremos res adormecida
en el postre de los asesinos
si me tocan
si me tocan
si me queman
cuento mis costillas:
hay balas para todos.
Trenzo mi pelo, cae un rayo
En este pueblo no había espejos
ni ventanas
nos mirábamos en las paredes
sucias de los desastres sin origen
con raíces enredadas en látigos
aprendimos:
cada movimiento puede ser el último
respirar, tajearnos la espalda
vimos nuestra cara en las telarañas
nos balanceamos con cuidado
entre los nudos
apretamos la boca
el aire justo que deja entrar
insectos raquíticos
una mínima luz de proteína,
crecimos como espigas encorvadas
por el verano de los ojos dentados
sanguijuelas succionando
nuestra marcha
arrancadas en lo más tierno
por manos limpias
de sangre hasta las muñecas, así
nos enseñaron el gesto de la margarita
lánguida, blanca, se abre, da
se abre, se desnuca: se queda calva
el cuello disecado en las yemas
de los predadores.
Fuimos enviadas al desierto
a amamantar a las hienas
a pescar anguilas con hachas
ahí nos vimos, en el filo
los ojos brillantes
nuestras lenguas rojas
uñas perforando el eco del estanque
nos reconocimos,
ya habíamos besado tantas veces
con los labios curtidos
de otras, que éramos nosotras
observándonos a ciegas
en las fallas del muro
-todas fuimos nuestro espejo-.
Una mujer grita en una fiesta
una mujer cosecha en la montaña
una mujer canta al pie de un abismo
una mujer se cubre la boca y la nariz
con un pañuelo
una mujer acaricia un colibrí
una mujer prende fuego las cruces
que le colgaron
una mujer cabalga de espaldas
saluda a un puma detrás del monte
una mujer hace un círculo de sal
y mira las estrellas
una mujer arroja al agua un manojo de
células
que no tienen el nombre de su deseo
una mujer astilla mil pantallas
una mujer abre una ventana
una mujer cierra una puerta
una mujer baila desnuda
una mujer entra en el río
una mujer conjura las mareas
una mujer abraza el peso de su cuerpo
una mujer trenza su pelo, cae un rayo.
Hermana,
la tormenta que se aproxima
somos nosotras centelleantes,
estamos en camino.
Semilla
Miren en el viento
la dirección en que flotan
las hojas
que llevan sus nombres
sin estar atentos
la ráfaga sacude, tormenta
entonces cometer la falta:
herida abierta en la frente
corazón
sangre que mira
descubre el designio
secreto del remolino
Un huracán, un aguacero
un temblor
tiempo que se ve a si mismo
devorando el camino
hacha que afila los árboles
Madera lengua del mundo.
Gabriela Clara Pignataro (Floresta, Buenos Aires, 1985) escribe, es actriz y fotógrafa. En 2013 estrenó su opera prima de experimentación teatral biodramática en CCMatienzo “Archivo Emocional Desclasificado”. Publicó La última oleada se llevó todo menos esto (Editorial Subpoesía 2013), Eso que no se parte es una respuesta (Difusión Alterna 2014), Muta (Nulu Bonsai 2014), Floresta (LFS 2015), Esto pasa: Poesía en Buenos Aires. Antología (Llanto de Mudo 2015), “Formas de lo invisible. El espectro como cuestión estético-política”. Producción del. Lleva adelante con la directora de teatro Daniela Tuvo, el proyecto documental-audiovisual BORDER/IN, sobre procesos de migración forzada.
Se encuentra trabajando en Proyecto "La belleza random de los días" de investigación fotográfica analógica y en su primera novela. Su poesía fue traducida al francés y al portugués.
Se forma en la Lic. en Artes Combinadas en FFyL y en la Tecnicatura en Pedagogía y Educación Social en ISTLyR.
Integrante del grupo de investigación Figuras de lo invisible (PRIG, FFyL, UBA) en torno a visualidades contemporáneas y representaciones estético-políticas-
Fue colaboradora en www.artezeta.com.ar, mironaartistica.blogspot.com.
En 2017, fue seleccionada en la convocatoria de Escritores de Bienal Arte Joven Buenos Aires con su poema El lapacho es la imagen de la furia.