en el espacio leve de la oportunidad - Celina Feuerstein

sola parada en la punta

de la pirámide mientras los vientos

se llevan las hojas

y los restos

del mundo de antes

 

yo miro arriba

buscando

 

como una niña que cree

que el cielo trae

respuesta

 

yo miro arriba y solo hay luna

que brilla

 

y miro arriba

que tiene forma

de cielo

sin vértices ni aristas

sin puntas

 

arriba que es tan lejos

tan alto

 

y miro arriba

 

y miro arriba

 

y me pongo a oler

todos esos años

de limón

y de especias

hasta llenar mis pulmones

del amparo 

de antes

 

 

 

 

ocurrió como en Los puentes de Madison

 

fue una despedida sí pero sin atrevernos

a decir la última palabra

¿pero acaso podría

haber sido

diferente?

¿cómo se termina un amor, en nombre de qué o

con qué nombre?

¿se dice adiós?

¿se dice Arrivederci?

¿se abraza, al final?

uno imagina despedidas como

un puente y figuras

en luz cada vez más tenue

y el auto que se aleja

y los faros

que se pierden

 

fue un final a puro silencio y

algo brilló en el cielo

como una bola de fuego

despedida

por un cañón

 

 

 

 

a Lena

 

después de eso y de tanto

quiero acunarte aunque mis brazos

no alcancen

y se desborde

tu tamaño entre mis dedos

y redoble el abrazo

y te me escurras

como miel

y triplique mis manos

y mi piel se estire

y se expanda

como agua o como fuego

hasta cubrirlo todo

 

 

 

 

abro la ventana esperando

que algo entre

el aire de la tarde o

el sol

de noviembre

traen

una bocanada vital

un soplo

el aliento de un deseo nuevo

que asoma

y muerde

 

entonces

 

el cuerpo cargado de imágenes antiguas

como un milagro se vacía

y flota

en el espacio leve

de la oportunidad

 

(Foto: María Ragonese)

Celina Feuerstein nació en Buenos Aires. Estudió psicología en la UBA, y trabaja como psicoanalista. Cuando le preguntan por la poesía, dice: “Desde que tengo recuerdos jugaba con las palabras, escribía poemas en cuadernos y libretitas. Ahí empezó el viaje, la travesía por el maravilloso mundo de la poesía”. Es en este viaje que conoce a Osvaldo Bossi. Asiste a su taller en forma individual y grupal. Participó en la Antología del Rayo Verde 2015. La casa vacía, (Caleta Olivia, 2018) es su primer poemario.