"Lxs que cantando van, aunque el hambre venga, rompiendo un bozal lleno de espinas"...

Susy Shock, a propósito de Héctor Propato, y su vida de teatro y poesía.

"Lxs que cantando van, aunque el hambre venga, rompiendo un bozal lleno de espinas"...

Así comienza la obra “Los Desconocidos” homenaje inédito que Héctor Propato, ese teatrero de los márgenes, ese ruiseñor molesto de las horas cómodas, le dedicara a lxs artistas anónimos, esxs artistas sin monumentos,  esxs malditxs obstinadxs sin prensa, que fundan belleza con la única desesperada premisa que es quedar impregnadxs de esa misma belleza, ¡toda una rareza! dirán lxs lectorxs , en horas  donde casi nadie se salva de la tentación que nos deja la fama, la milanesa chiquita que es la fama y sus desesperado mordisco. Por eso, este poeta del teatro, sin querer, al homenajear a tantxs artistas saltimbanquis, también  se estaba nombrando a sí mismo, porque este viejo lindo y desvencijado, no hizo otra cosa, toda su vida, que huir cause arriba tras la utopía de creer (y de actuar en  consecuencia)de que el mundo siempre será mejor si se hace teatro, si se va a verlo, si se sienta la gente dos horas a escuchar a Discépolo, o a Portogalo, y dejar sus jirones de vida en ensayos larguísimos como jornadas fabriles, para que eso sea posible, sin pensar en que habrá un dinero como finito resultado. Él que sentaba a leer  a sus actores y actrices a Tuñon,  a León Felipe, a Gelman, a Portogalo por horas,  para pelear  toda modorra intelectual, y  proponía dudar, ese descreer que hubo un tiempo  antiguo mejor, para poner la proa del deseo hacia lo nuevo, ese poema que nos hizo entender a unxs cuantxs, lxs mismos que cada vez que nos reencontramos honramos su memoria y sus locuras y sus sopas, que nos cocinaba como en otra escena de Pirandello, y nos obligaba a tomar entre ensayo y ensayo, junto a sus argumentos contra todo tango "flojito",  que por  alejarse de su esencia revolucionaria solo le daba chance grande al reinado de la estupidez y a las ganas desangeladas de que nada cambie, como el rock también, que solo vocifera bonito y después también se acomoda, eso decía y una, apenas niña asomando, no podía más que seguirlo enamorada, en su bataclana diatriba contra lo burgués dentro del artista,  para no caer en la tentación de ningún "santo equilibrio" como grita en otros de sus versos, para animarse a tirarse de cabeza y de culo y de hambre y de sueño, sobre otra manera distinta de vivir.

Y .. ¿qué es la poesía? entonces, ¿lo escrito solamente?, o existen  vidas que son poesía…  como la de este viejo gato de tejado en barrio obrero, su Flores al sur, en donde fundó antes de irse del todo, su ultima sala, una más de las tantas que construyó, salas a donde brotan la belleza y el pensamiento libertario, ese néctar de lo necesario, aunque al final unx reviente, de arrugas, de deudas, de olvido, de progreso, de demasiadx románticx, de locura, como Héctor Propato, que se atrevió a ver el malvón en la maceta de todos los barrios, y hacerle loas a su color y a su dolor, florcita porteña.

"¡Por los caminos del mundo voy!", gritaban desde su carromato  lxs artistas callejerxs que él nombra, y por esos caminos andará también ahora, haciendo nido en nuevos sueños...

Susy Shock