Te amo porque te amo

Drummond de Andrade, poeta brasileño. Introducción y versiones al español de Marlos Drumond

Te amo porque te amo

Sólo el hecho de traducir a Drummond de Andrade es antes que todo un reto, un desafío, no solamente porque su poesía sea desafiante - siempre nos pregunta “¿Trajiste la llave?” - sino también porque se acerca mucho al habla de alguien de otro tiempo, con su “jerga” y regionalismos tan característicos de su larga obra, siempre buscando al hombre común.

Además de ser un reto, para mí es una gran responsabilidad por considerarlo mi “padre poético”. “José”, el último poema de esta pequeña lista (y el más difícil de todos) fue el primer poema que se diferenciaba de todo lo que había leído hasta entonces, ya sin tanta obediencia a las reglas de los movimientos anteriores, mucho más rígidos. Por eso es muy difícil encontrar una definición para su estilo, pues tiene rasgos clásicos, posee mucha influencia del movimiento Modernista de 1922 - del cual participaron grandes escritores, como Mario y Oswald de Andrade, Graciliano Ramos y Clarice Lispector -, y se acerca también al Realismo y al Futurismo. Más tarde en su vida pasó a temas más relacionados a la finitud humana (influenciado por el período pos-Guerra), el cuerpo y la sexualidad.

Creo que la principal característica de su escritura es la búsqueda por la libertad del sujeto, y una lírica donde el “yo” se incluye en el momento histórico, responsabilizándose por lo que le pasa y buscando asumir su destino: ser humano.

Para finalizar quiero agradecer la invitación ya que es un gran honor para mí poder compartir la poesía de este gran maestro brasileño. Espero que lo disfruten como yo lo hice cuando a los doce años  lo leí por primera vez.

 

                                                                                                                                                                         Marlos Drumond, abril 2016     

 

Las sin razones del amor (del libro El cuerpo 1984)

Te amo porque te amo.
No hace falta ser amante,
y ni siempre sabes serlo.
Te amo porque te amo.
Amor es estado de gracia
y con amor no se paga.

Amor es dado gratis,
es sembrado en el viento,
en la cascada, en el eclipse.
Amor huye a diccionarios
y a reglamentos varios.

Te amo porque no amo
lo suficiente o demasiado a mí
Porque amor no se intercambia,
no se conjuga ni se ama.
Porque amor es amor a la nada,
feliz y fuerte en sí mismo.

Amor es primo de la muerte,
y de la muerte ganador,
por más que lo maten (y lo matan)
a cada instante de amor.

 


La palabra mágica ( del libro Discurso de la Primavera y algunas sombras - 1977)

Cierta palabra duerme en la sombra
de un libro raro.
Cómo desencantarla?
Es la contraseña de la vida
la contraseña del mundo
La voy a buscar.

La voy a buscar toda la vida
por todo el mundo.
Si tarda el encuentro, si no la encuentro,
no me desanimo,
busco siempre.

Busco siempre, y mi búsqueda
quedará como
mi palabra.

 



Vivir ( del libro Las impurezas del blanco – 1973)

Pero era apenas eso,
era eso, nada más?
Era solo el golpe
en una puerta cerrada?

Y nadie contestando,
ningún gesto de abrir:
era sin cerradura,
una llave perdida?

Eso, o menos que eso
una noción de puerta,
el proyecto de abrirla
sin haber otro lado?

El proyecto de escucha
buscando un sonido?
El contestar que ofrece
el don de la objeción?

Como vivir el mundo
en términos de esperanza?
Y qué palabra es esa
que la vida no alcanza?

 



El piso es cama para el amor urgente (del libro El amor natural – 1992 - póstumo)

El piso es cama para el amor urgente,
amor que no espera ir a la cama.
Sobre la alfombra o duro piso, la gente
compone de cuerpo y cuerpo la húmeda trama.

Y para reposar del amor, vamos a la cama.

 



Poema de las siete caras (del libro Alguna poesía - 1930)

Cuando nací, un ángel chueco
de esos que viven en la sombra
dijo: ¡Anda Carlos! ¡Sé torpe en la vida!

Las casas espían a los hombres
que corren detrás de mujeres.
La tarde tal vez fuera azul
si no hubiese tantos deseos

El tranvía pasa lleno de piernas:
piernas blancas negras amarillas.
Para qué tanta pierna, Dios mío, pregunta mi corazón
Sin embargo mis ojos
no preguntan nada

El hombre detrás del bigote
es serio, simple y fuerte.
Casi no conversa
Tiene pocos, raros amigos
el hombre detrás de los anteojos y del bigote.

Dios mío, por qué me abandonaste
si sabías que yo no era Dios
si sabías que era débil.

Mundo mundo vasto mundo, si me llamase Raimundo
sería una rima, no sería una solución.
Mundo mundo vasto mundo, más vasto es mi corazón.

No debía decírtelo
pero esa luna
pero ese coñac
nos dejan conmovidos como el diablo.



Memoria (del libro Antología poética – 1962)

Amar a lo perdido
deja confundido
este corazón

Nada puede el olvido
contra en sin sentido
reclamo del No

Las cosas tangibles
se tornan insensibles
al toque de la mano

Pero las cosas finitas
mucho más que lindas,
estas quedarán.



José (del libro José - 1942 )

¿Y ahora José?
La fiesta se acabó,
la luz se apagó,
el pueblo se fue,
la noche refrescó,
¿y ahora José?
¿y ahora tú?
Tú que eres sin nombre
que te burlas de los otros
¿Tú que haces versos,
que amas, protestas?
¿y ahora José?

Está sin mujer,
está sin discurso,
está sin cariño,
ya no puede beber,
ya no puede fumar
escupir ya no puede
la noche refrescó
el día no vino,
el bondi no vino,
la risa no vino,
no vino la utopía
y todo se acabó
todo huyó
todo se pudrió
¿y ahora José?

¿Y ahora José?
Tu dulce palabra,
tu instante de fiebre,
tu gula y ayuno
tu biblioteca
tu labra de oro
tu traje de vidrio
tu incoherencia
tu odio, - ¿y ahora?

Con la llave en la mano
quiere abrir la puerta
no existe puerta;
quiere morir en el mar
pero el mar se secó;
quiere ir a Minas
¡Minas ya no hay!
¿José, y ahora?

Si tu gritases
si tu gimieses
si tu tocases
la valsa vienense
si tu durmieses
si tú te cansases
si tú murieras…
Pero tú no mueres,
tu eres duro José!

Sólo en la oscuridad
como un lobo solitario,
sin teogonía,
sin pared desnuda
adonde apoyarse,
sin caballo negro
que huya a galope,
¡tu marchas José!
¿José, adónde?